Cosas de niños

Nerea, ganadora del II Concurso literario de Nobel

Posted by on sep 3, 2014 in Nuestros cuentos | 0 comments

Sara y Javier son dos gemelos que forman parte de una pandilla junto a Álvaro, Jorge. Javi es el líder del grupo: guapo, delgado y con el pelo castaño. Sara es la inteligente, Álvaro el valiente, y Jorge el gracioso.

A finales de curso, se juntan en casa de Sara y Javi para planificar las vacaciones. Deciden ir la primera semana de verano en busca de una guarida para construir allí su centro secreto de operaciones.

Llega el primer día de vacaciones, y ese mismo lunes quedan en la plaza del pueblo para comenzar lo planificado. Inician su búsqueda por el pie de la montaña y suben hasta la mitad de la ladera buscando un enebro de un metro y medio de altura más o menos, la misma que la de Jorge y que su abuelo le ha dicho que lo busque, ya que cerca del árbol hace tiempo existía una entrada hacia un refugio de montaña, pero que desde hace años nadie lo había vuelto a encontrar.

Pasados quince minutos Álvaro cree encontrar el enebro del abuelo de Jorge y llama al resto de sus amigos. Comienzan a apartar ramas y piedras alrededor del árbol sin éxito alguno. Jorge comienza a aburrirse y decide guardarse bayas de enebro en el bolsillo de las bermudas para su abuelo. Ve que las más grandes y negras son las situadas al pie del árbol, por lo que se pone de rodillas y se apoya en un saliente de terreno para no pincharse. Jorge comienza a sentir cómo la tierra que pisa se va hundiendo. Asustado comienza a gritar y el resto de sus amigos se acercan y ven cómo Jorge se hunde y desaparece ante sus ojos. Todos deciden entrar por el agujero que se había formado en busca de Jorge.

A los pocos segundos el grupo se encuentra en una pradera extraña. Como no les importa perderse, van a investigar el terreno todos juntos. A lo lejos ven una aldea. Se aproximan y unos seres extraños empiezan a rodearles con curiosidad. Parecían animales: cuatro patas, poco pelo en el cuerpo de color pastel, con rabo, algunos con orejas grandes y otros puntiagudas… Pero lo que más les llama la atención es su cara con unos ojos grandes, con la pupila verde y el iris con colores que iban en degradación del blanco al azul celeste.

Sara se acerca a uno de ellos, el que estaba justo delante de ella. Parece una zorra con el pelaje de color carne, patas delanteras blancas, cola erizada y unos ojos azules grandes con unas pestañas largas. Sara alarga la mano para comprobar si se asusta, o al contrario se acerca a olerla. Para su sorpresa, y agrado, el animal le olisquea la mano y le dice: ¡Qué bien hueles! Sara se queda boquiabierta y mira a sus amigos buscando ayuda para reaccionar. Todos se ponen junto a Sara mirando al animal. Este se presenta: “¡Hola, me llamo Suity!”. Sara pregunta a Suity donde estaban. Ella contestó que estaban en el Reino de los Dulces, un reino muy tranquilo… ¡Y dulce!

Javi pregunta a Suity si pueden establecer aquí su centro secreto de operaciones, pero Suity le contesta que no sabe qué es un centro secreto de operaciones.

- Es un lugar cerrado en donde nos reunimos para hablar, jugar…, y tiene que ser secreto para que no nos molesten nuestros padres, le responde Javi.

- Mi abuelo me ha dicho que hace años existía en este lugar un refugio de montaña, comenta Jorge, ¿es cierto? ¿existe?

Suity, al escuchar a Jorge, se sorprende y mirándole con nostalgia recuerda que su madre le contaba por las noches historias sobre un refugio de montaña y sobre un hombre humano amigo suyo.

Al escuchar la pandilla la historia de Suity, deciden investigar la pradera y piden a Suity que les ayude.

- -Yo sé dónde está el refugio, afirma Suity, pero nunca he querido ir porque me da miedo.

Álvaro le dice que no se preocupe. Ellos van a estar siempre con ella y le anima a que les diga dónde está el refugio y a acompañarles. Sara se acerca a Suity y le pide que por favor les acompañe. Suity acepta y comienzan a andar.

Sara y Suity van en cabeza abriendo la expedición. Javi al ver que su hermana dirige la marcha junto a Suity se pone celoso. Para hacerse el cabecilla, se aleja del grupo unos pocos metros hasta un arbusto con una fruta muy rara: tiene forma circular y repleta de pelos. Decide probarla y al arrancarla del arbusto comprueba que esos pelos son pegajosos. Javi se lleva un dedo a la boca para probar la sustancia que se le ha quedado pegada en sus dedos y comprueba que es ¡caramelo!

- ¡Chicos, aquí la fruta es super dulce!- grita Javi mientras se acerca con la fruta en la mano al grupo.

Al verle Suity, se para y comienza a aullar. Todos se asustan porque no saben que está pasando y porque una manada de zorros comienza a rodearles. Suity se coloca frente a Javi y empieza a hablarle:

- ¡Eres un insensato! Has arrancado una “Rosada”, la fruta sagrada de nuestra pradera. Esto tiene un castigo. No podrás salir de este prado hasta que plantes el fruto que has arrancado y hasta que éste dé su primera fruta sagrada.

- ¡Es injusto!, contesta Javi asustado. – Y, ¿cómo lo haré? ¡Eso son años y yo me tengo que ir a mi casa!

Javi se pone a llorar y su hermana le pide que se calle y que se tranquilice. Sara mira en su bolsillo para ver si tiene algún pañuelo para su hermano, pero no tiene. Pregunta a Álvaro y a Jorge si tienen pañuelos. Jorge dice que sí y mete la mano en uno de sus bolsillos. Al sacar el pañuelo se le caen algunas bayas de enebro que había recogido para su abuelo. Suity al ver las bayas da un paso hacia atrás y pregunta a Jorge:

- ¿De dónde has sacado esas semillas?

Jorge le explica, mientras las recoge del suelo, que son bayas de un árbol llamado enebro que se encuentra en la montaña de su pueblo.

Suity se da la vuelta y llama a toda la manada que estaba alrededor de la pandilla. Los niños observan como todos los zorros rodean a Suity mientras esta les cuchichea. La pandilla intenta escuchar lo que dice Suity pero no lo consiguen. Al cabo de unos minutos el grupo está muy nervioso porque no saben de lo que están hablando y porque no saben lo que va a pasar con Javi.

De repente, Suity pregunta en voz alta: “¿De acuerdo?”. Toda la manada contesta que sí. Suity se da la vuelta y se acerca a los niños asustados:

- -Esas bayas que habéis traído con vosotros son las semillas de la “Rosada”. Hace cinco años se extinguieron en nuestra pradera, y por eso pusimos un castigo para aquellos que arrancaran los frutos de la “Rosada”. Si nos dais esas semillas, dejaremos que vuestro amigo no cumpla el castigo.

La pandilla acepta la propuesta y Jorge le da las bayas a Suity.

Suity les dice que se tienen que ir y que no les va a decir dónde está el refugio por lo ocurrido. Sara se queda pensativa y, mirando a Suity le propone un trato.

- Suity, si nos dejas venir de vez en cuando al refugio, nosotros te traeremos las bayas que necesitéis de nuestra montaña.

Suity se da la vuelta y mira a la manada. Todos en silencio se miran entre ellos y Suity, a los pocos segundos, contesta: “De acuerdo”.

Tras despedirse, Suity les acompaña hasta el inicio de un sendero y les dice que sigan ese camino. Los niños comienzan a andar y a los pocos minutos se dan cuenta que se encuentran en la montaña de su pueblo junto al enebro.

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