Una veterinaria llamada Laura. Un día en la clínica fue al zoo a curar a un conejillo de indias enfermo, pero cuando le daban la medicina su enfermedad crecía. La única cura era beber de un lago que estaba en China.
Laura pidió un viaje en avión a Francia al día siguiente a las 9:00 h de la mañana. Fue haciendo sus maletas, metió ropa, paraguas, un gorro … y ¡uf!, cerró la maleta, cogió un taxi y fue al aeropuerto. Al llegar a Francia visitó a su tío Álvaro, se quedó con él a pasear por su pueblo y se puso a comer. Al día siguiente se fue a Asturiass pero no conocía a nadie.
Fue a un bar con botellas colgadas en el techo y comió dentro de un bote gigante de cerveza. Se quedó a dormir en un hotel. Laura se metió en el avión equivocado y fue a Madrid.
Fue a visitar a su amiga Ana. Ana le enseñó a Laura los monumentos. Al día siguiente se fue en avión a China. En China se fue a buscar el río. Lo encontró, cogió un poco y fue a Orihuela en avión. Al llegar fue al zoo y el conejillo de indias se recuperó.
El díbujo es mío.