Cosas de niños

El disparo que nos devolvió la Navidad

Posted by on jul 15, 2014 in Nuestros cuentos | 0 comments

Cuento presentado en el concurso de Navidad del Ayuntamiento de Orihuela, 2012.

Os voy a contar una antigua historia, aunque no leyenda. Así que, si os interesa conocerla, sólo tenéis que leer este relato. Cuenta cómo la guerra puede cambiar a las personas, incluso antes del nacimiento del Hijo de Dios.

Esta historia no es conocida por muchas personas, pero os aseguro que soy el más indicado para relatarla. Yo lo viví.

Así comenzó todo.

En el año 1841 nadie creía en Dios, ni en Cristo, ni enla Navidad.Todospensaban que eran mitos de monjes porque segúnla BibliaDios  nos ama. Y las personas se preguntaban: “Y entonces, ¿por qué hay tanta maldad en el mundo?”

Cinco años después, durante el reinado de Isabel II, ocurrieron numerosos movimientos militares porque la reina no sabía gobernar bien. La reina Isabel II quería establecer una monarquía absoluta, y esto originó una guerra civil. Y para ganar dinero para la armada, la reina subió exageradamente los impuestos. Esto fue un problema para las ciudades más pobres de España. El ejército fue pasando de ciudad en ciudad para cobrar los tributos, hasta que llegó a Orihuela, donde encontramos al protagonista de nuestra historia.

Francisco tenía seis años y era hijo único de una familia muy pobre. Vivían en una casa muy pequeña, cerca dela Catedral.Supadre era obrero y su madre ama de casa. Amaban a su hijo de todo corazón y aunque no tenían suficiente dinero para alimentarlo, lo mimaban y lo cuidaban. El niño sabía los problemas que tenían sus padres para alimentarle, así que procuraba no consumir tantos alimentos. Por esa causa el pequeño era muy pálido y delgado.

Llegó el día en que el ejército entró bruscamente en la casa de Francisco, obligando a sus padres a pagar los impuestos. Ellos no tenían tanto dinero para pagar esa excesiva cantidad. Por eso, los militares llevaron al padre, a la madre y a Francisco ante el capitán del ejército para matarlos. Los padres asustados dijeron a su hijo que huyera y se fue corriendo por una callejuela. De repente, el niño se paró porque oyó unos disparos  y se escondió en un callejón aún más aterrorizado y llorando. Sus padres habían muerto y se había quedado huérfano.

Pasó toda la noche en la calle escondido y cuando se despertó intentó volver a su casa. Entonces vio un Belén que habían colocado los sacerdotes dela Catedralal lado de la entrada. Y supo que era Navidad.

El niño creía en la magia dela Navidady rezaba todas las noches antes de acostarse para que el mundo volviera a creer en Jesús y para que volviera a encontrarse con sus padres.

El pequeño vagabundeaba todos los días por las oscuras calle muerto de hambre, sin alejarse dela Catedralpara no perderse. El chico se sentaba en una esquina llorando y pidiendo limosna para comprar algo de comida. Además, su ropa estaba rota y sucia. Entonces, un hombre se acercó a Francisco y le dio suficiente dinero como para comprarse cinco o seis barras de pan, y el señor le dijo: “Feliz Navidad”. Y después entró enla Catedral. Franciscose puso muy contento y fue inmediatamente a comprar la comida.

Unos días después todas las casas estaban llenas de guirnaldas y flores. Y ¿cómo podía ser eso si nadie creía enla Navidad? Pero el muchacho no le dio mucha importancia.

Esa noche el niño soñó que estaba con sus padres, en una casa llena de juguetes y regalos para él, pero justo en el momento en que él iba a abrazar a sus padres un tremendo disparo lo despertó. Se levantó de la cama y se asomó por la ventana. Pudo ver a unos guardias quitándoles el dinero a unos pobres ancianos, y él no podía ignorarlo. Se puso delante de los guardias y dijo: “No le quitéis el dinero a estos pobres ancianos. No han hecho nada y a parte, ¡esta noche va a nacer Jesús, el Hijo de Dios!”. Pero el guardia lo empujó tirándolo al suelo. Francisco insistió y otro guardia le disparó al pobre pequeño dejándolo muerto delante de los abuelos. En ese instante, el señor que dio la limosna a Francisco salió de la catedral y cogió al niño en brazos y dijo estas palabras: “Dios os ha dado la vida y este mundo tan maravilloso, y así se lo agradecéis. Ahora este muchacho se encontrará con sus padres, pero vosotros estaréis condenados al pecado y a la muerte hasta el final de los siglos”. Y entonces, el hombre se elevó hasta el cielo. Todos se dieron cuenta de que era un ángel.

Desde ese día, los guardias y los ancianos reconocieron que la maldad de este mundo no había sido culpa de Dios, si no del ser humano. Entonces, lo sucedido se difundió por toda Orihuela y, a su vez, por España, llegando la noticia a la reina. Esta reflexionó su decisión y se dio cuenta del error que había cometido. Detuvo la guerra y nombróla Navidadcomo la celebración  más importante del año.

Esta es la historia. Y por cierto, me llamo Francisco.

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