Cosas de niños

Una aventura cibernética

Posted by on sep 20, 2014 in Nuestros cuentos | 0 comments

Era sábado, y mi hermana, Tara y yo estábamos leyendo un cuento virtual en el ordenador. Nos encantaban ese tipo de libros porque los dibujos son móviles y te resulta más fácil imaginártelos. Trataba de una guerra en un mundo digital por el poder de una dimensión, en la que el protagonista busca venganza por la pérdida de su familia debido al antagonista de la historia, el comandante de los invasores. Estábamos ya por el final del cuento, cuando tenía lugar la batalla final entre el bueno y el malo. De repente, una luz cegadora salió de la pantalla del ordenador y ante nosotros apareció el mismísimo comandante, el cual nos empujó a mi hermana y a mí hacia un abismo oscuro en el portátil.

Entonces aparecimos ante el muchacho vengativo, el cual al vernos pensó que habíamos derrotado a los enemigos, así que nos llevó a dar una visita guiada en el palacio real y una medalla entregada por la reina debido a nuestro “supuesto´´ valor. Todo aquel mundo estaba muy avanzado en tecnología y nos resultó la mar de interesante y divertido. El palacio constaba de numerosas aulas de informática hechas de cristal, cocinas robotizadas y habitaciones muy modernas. Lo más asombroso fue la sala del botón RESET, razón de que el espacio tiempo estuviera en armonía con el universo de aquella dimensión.  Lo único malo era que estaba prohibida.

Estaban a punto de entregarnos las medallas. Sabíamos que en ese mismo momento aparecería el comandante, el cual lo creían muerto, porque conocíamos el final de la historia. Pero… ¡Él estaba en el mundo real! En ese instante todo se paró, como si la historia no pudiera avanzar. Ahí nos quedamos las dos un buen rato. Pensábamos que jamás volveríamos a casa. Hasta que se nos ocurrió una cosa… ¡El botón de RESET! Fuimos corriendo hacia esa sala y pulsamos aquella extraña tuerca de color celeste y de cristal, y nos tele transportamos a nuestra habitación.

Ahí encontramos a Tara y al comandante peleándose, y en cuanto nos vio, regresó al ordenador. Al instante fuimos a ver el final de la historia, pero no la encontramos porque había desaparecido de la lista de cuentos digitales. Menos mal que estaba Tara para mantener a raya a ese granuja ¡No pudo con nuestra perrita!

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